Fran, 24 años: “Recuerdo la secundaria como un periodo lleno de burlas, acoso y empujones contra la pared”

FELGTB exige  la aprobación urgente de una legislación que proteja a los menores LGTBI

Fran, de 24 años, es actualmente activista de la asociación LGTBI murciana No te prives. Asegura que las amenazas y comentarios homófobos contra él comenzaron en el colegio cuando tenía 12 años. Sin embargo, él aún no sabía que era gay. “Recuerdo la secundaria como un periodo lleno de burlas, acoso, empujones contra la pared e incluso golpes por detrás con los palos de hockey en Educación Física”, explica.

“En el instituto solo podía contar con la ayuda de mis cuatro amigas. Ellas también sufrían acoso. No podían enfrentarse a los acosadores. Sin embargo, fueron mi único apoyo ya que el profesorado era consciente de la situación, pero hacía la vista gorda. No había ningún tipo de protocolo en el centro para los casos de acoso o por lo menos, yo no me enteré”, comenta.

Luna, hija de María, (ambos nombres ficticios) se visibilizó como niña trans a los 9 años en su centro educativo. María informó sobre la situación de su hija a la dirección del centro. Según le dijeron, lo vieron como una oportunidad para que el resto del alumnado aprendiera el valor de la diversidad. Así, acordaron un día para que la tutora hablase previamente con la clase y Luna pudiese presentarse como la niña que es. No obstante, el día que Luna acudió al colegio visibilizándose, la tutora no había intervenido. No lo hizo hasta que la madre se quejó y se organizó una charla informativa de mínimos.

“La falta de protocolos originó que el resto del alumnado rechazara a su hija al no entender su realidad”

María explica que la inacción del centro y la falta de protocolos originó que el resto del alumnado rechazara a su hija al no entender su realidad. “Todas las preguntas y todo el peso de la transición recayeron sobre mi hija. Tuve que ir dos veces a por ella porque le daban crisis de ansiedad”, comenta María.

“Llegaba a casa llorando al ver que la marginaban. No eran insultos, eran miradas y no querer jugar con ella. Ella pensaba que era el precio que tenía que pagar por ser diferente”, añade. Ahora Luna tiene 12 años y ya va al instituto donde la experiencia está siendo muy positiva. “Luna es otra y es feliz”, asegura la madre. Antes, la familia solo encontró apoyo en asociaciones LGTBI como Alas Coruña y Les Coruña.

“Mi círculo del instituto empezó a tratarme como si hubiese hecho algo malo”

Sam es una persona no binaria de 23 años, de Murcia, que con 17 años decidió visibilizarse ante su pareja y su entorno quienes le negaron e invalidaron. “Mi novio me presionaba para que fuera una chica delante de sus padres. Mi círculo del instituto empezó a tratarme como si hubiese hecho algo malo o solo quisiera llamar la atención. Me dejaron de hablar y de incluirme en sus planes. El profesorado no intervino, la única respuesta que obtuve fue por parte de una profesora de Religión que me entregó un DVD que incitaba a realizar una terapia de reconversión”, revela.

Todo esto, unido a la falta de información que Sam tenía sobre las realidades trans, le impedía saber con certeza quién era, le generó una fuerte depresión. Le afectó en sus estudios hasta el punto de que abandonó el instituto durante todo un año. “Si en la escuela hubiera recibido charlas sobre diversidad me habría dado cuenta mucho antes de que era trans y me podría haber evitado mucho sufrimiento. Mi vida habría sido distinta”, asegura.

Necesidad urgente de una legislación que proteja a la infancia y juventud LGTBI

El coordinador de Educación de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB), José Luis Ferrándiz, explica que, en la actualidad, aún hay cuatro comunidades autónomas en España que siguen sin leyes autonómicas trans o LGBI. Estas son Castilla-La Mancha, Castilla y León, La Rioja, Principado de Asturias.

Además, evidencia que “al no existir una legislación estatal que unifique criterios, la implementación de las leyes trans y LGTBI del resto de CCAA depende de la especificidad de cada región. Así, queda en manos de los fondos públicos disponibles, los intereses políticos de la legislatura actual, la ausencia de mecanismos para analizar el nivel de implementación de cada ley, así como de otras arbitrariedades”. “La infancia trans y LGBI tiene más o menos derechos en función de dónde resida o incluso del centro educativo al que vaya y esto no se puede permitir”, asegura.

“Casi el 60% de los menores trans ha sufrido transfobia en el ámbito escolar”

En este sentido, la presidenta de FELGTB, Uge Sangil, recuerda que según un estudio de FELGTB, casi el 60% de los menores trans ha sufrido transfobia en el ámbito escolar. Defiende que “es imprescindible que se apruebe de manera urgente una legislación que reconozca y dignifique a la infancia y juventud trans y proteja a los menores LGTBI”.

“Exigimos un paquete legislativo basado en el interés superior del menor que establezca protocolos para combatir el sufrimiento al que están expuestos a diario muchos menores y apueste por la educación en diversidad como herramienta fundamental para erradicar la LGTBIfobia”, reivindica.

NOTA. Acoso escolar