Entrevista de Bake y Terci (Bollodrama) aUge Sangil “La Ley Trans y LGTBI+ es la forma de meter el pie en la puerta para terminar tumbándola”

Uge Sangil: “Celebramos la aprobación de la ley, pero la LGTBIfobia va a continuar existiendo”

La presidenta de la Federación Estatal LGTBI+ remarca el daño que han hecho las fake news y el ataque que han sufrido las personas trans: “La violencia gratuita se ha cebado con nosotras y la cicatriz queda dentro”

Uge Sangil (La Palma, 1968) es activista LGTBI+ y desde 2018 ocupa la presidencia de la Federación Estatal LGTBI+. En 2021, fue reelegida e inauguró su nuevo mandato con dos grandes retos: la adopción de un Pacto de Estado para combatir los discursos de odio en la esfera pública y la aprobación definitiva de la legislación estatal trans y LGTBI+. Su papel al frente de la FELGTBI+, junto con la Fundación Triángulo y Chrysallis, ha sido determinante para que prosperaran las negociaciones con el Gobierno y la ley sea ya una realidad. 

Con motivo de la aprobación de la ley,  Maldito Bollodrama (Bake y Terci) entrevistan a Sangil para recordar cómo ha sido el proceso de tramitación de la Ley trans y LGTBI+ que acaba de aprobarse en España, cuáles fueron las estrategias para llegar a acuerdos con Moncloa e Igualdad y cuál es ahora la nueva hoja de ruta a seguir.

Terci: Celebramos que se haya aprobado la ley, pero ¿es la ley a la que aspiraban las organizaciones LGTBI+?

Hay que celebrar porque es un avance en derechos. No es el texto que queríamos porque nos hemos quedado fuera muchas personas, como las no binarias, pero se debe celebrar y vivir la ley como un avance. Sobre todo, por lo que se ve cara al futuro con la ultraderecha, que quiere quitarnos derechos. Con la ley vamos a avanzar, pero también vamos a seguir trabajando para que las personas no binarias, las migrantes y las menores sigamos avanzando hasta tener derechos reales.

Terci: Una perspectiva buena de mirarlo es que la puerta se está abriendo, vamos a meter el pie y les siguientes sois vosotres.

Sí, las siguientes somos las personas no binarias. No olvidemos, al fin y al cabo, que es una ley que abarca mucho más que a las personas trans, también a las mujeres lesbianas y bisexuales y a las personas gestantes les está dando oportunidades con el acceso a la reproducción asistida, entre otros derechos para el resto del colectivo. La lucha no ha terminado porque ahora la ley se tiene que implementar y tenemos que continuar luchando por la ampliación de derechos, como se ha ido haciendo desde el matrimonio igualitario. No podemos olvidar que la ley es pionera a nivel internacional. A nivel de menores trans, vamos a ser el cuarto o quinto país más avanzado y, en general, nos quedamos en el número nueve o diez de la lista de mejores legislaciones pro derechos LGTBI+. Es importante avanzar hoy para seguir conquistando mañana. 

Terci: A nivel europeo, habíamos bajado en el ranking estrepitosamente y ahora hemos subido. De todos modos, en 2017, la Federación ya había presentado el primer borrador de ley al Gobierno de la anterior legislatura. ¿Qué hay de ese borrador en lo que se ha aprobado ahora?

Hay bastante, pero no todo lo que queríamos. Las activistas pedimos el 100% de nuestros derechos, de lo que nos corresponde, pero sabemos que a todo no vamos a llegar. Esto lo debemos tener claro para no frustrarnos como activistas. Pero nunca se puede pedir menos, ni la mitad, siempre hay que pedirlo todo. El proyecto de ley que presentamos en 2017 lo llevaba todo y es el mismo que presentamos en 2021 a la ministra. 

Terci: Has hablado de frustración. ¿Ha habido alguna que hayas dicho “esta me ha dolido” que se haya quedado fuera? 

Me ha dolido que a las personas no binarias ni siquiera se nos nombre, que ni siquiera esté lo que sí aparecía en el primer borrador de la ley cuando se presentó en el Consejo de Ministros: que se estudiarían las necesidades y derechos de las personas no binarias en un año. Eso se ha eliminado y duele. Duele no estar y no tener derechos y que en esa ley ni tan siquiera haya una perspectiva de futuro. Pero vamos a pelear para estar, porque hay posibilidades. No obstante, duele más el ataque, lo que hemos sufrido durante este tiempo, los bulos y las fake news. Eso nadie lo va a reparar. 

Terci: Y, además, no es que solo lo hayas vivido tú, si no que hay también otras muchas personitas, sobre todo las más indefensas a las que esto les ha ido minando. ¿Qué papel ha jugado la Federación Estatal LGTBI+ y sus organizaciones aliadas en la tramitación? 

Ha sido un trabajo colectivo entre la Fundación Triángulo, Chrysallis y la Federación Estatal LGTBI+. Hemos hecho un trabajo de contención, hemos contenido mucha rabia. Aunque entre las compañeras hayamos llorado, hemos trabajado desde el silencio y no lo hemos expresado hacia fuera. Sin tensionar. También hemos hablado con las enemigas y nos hemos puesto delante de ellas, con lo que cuesta. Hemos sido emocionalmente inteligentes, estrategas, hemos sabido medir los tiempos y no sobrepasarnos en la esfera pública, en la lucha o en la confrontación. A veces hemos pasado desapercibidas porque no hemos tensionado públicamente. Hemos mantenido un nivel bajo de confrontación porque entendíamos que la tensión se tenía que mantener en otros espacios. También hemos tenido que usar estrategias a través de nuestros correos electrónicos para que parte del PSOE y la vicepresidenta en ese momento, Carmen Calvo, se enterara de ciertas cosas y se pusiera nerviosa. Eso no era público, pero lo puedo decir ahora con la ley aprobada.

Terci: Hay enemigas explícitas y otras que son aliadas, pero no tan aliadas. ¿Vamos a llamarlas aliadas complicadas? 

Aliadas complicadas, o no, no lo sé. Dentro del PSOE ha habido personas muy aliadas a la ley, que han trabajado internamente para que esté aprobada hoy y sea una realidad. Pero también hemos tenido a las falsas feministas con mucho poder. Ha sido complejo. 

“Nadie reparará el daño que nos han hecho”

Terci: Hablabas de la rabia y es que, aunque el activismo sea político, viene de lo emocional. 

Alguien me decía estos días “Uge, tienes mucho dolor”. Yo también soy una persona LGTBI+ y hemos guardado mucho. Ahora necesitamos un proceso de reparación, no solo para mí, sino para todo el colectivo trans. Porque nadie reparará el daño que nos han hecho. Ahora tenemos que ir a psicólogos y mirar por nuestra salud mental porque se nos ha atacado mucho.

Terci: Las personas que os dedicáis, no solo al activismo, sino a mover leyes y a trabajar para los demás, sufrís muchísimo y existe mucha violencia, no solo política. ¿Cómo has vivido personalmente la tramitación de la ley? ¿Qué te pasa por la cabeza cuando te acuestas por las noches? ¿Puedes dormir? 

Por la cabeza me pasa el orfidal, para rebajar la tensión. También me pasa el “amárrame el dedo” para no confrontar y me pasa la factura de bloquear emociones. Yo no lloro, pero me emociono mucho y he aprendido a bloquearme. Ahora que ha pasado este momento seguro que me van a aflorar algunas cosas, como la contractura en la cadera, o el dolor de ingle y del hombro. 

Por suerte o por desgracia me ha tocado jugar este papel y he tenido que aprender a bloquear emociones para que las palabras no me traspasen. También a no leer y a utilizar lo menos posible las redes sociales. Ha habido barbaridades y mentiras que, aunque sepa que son mentiras, duelen, hacen daño y generan emociones que no quieres sentir. Me he puesto un caparazón para poder seguir adelante. Seguramente me pasará factura y en un futuro próximo tendré que ir a un psicólogo, que no está mal. 

La cuestión es que estamos hablando de derechos que me responden y ha sido duro ver la posición de personas que han sido referentes en mi vida para trabajar el feminismo, las políticas de igualdad o los derechos LGTBI+, como Ángeles Álvarez, que además es del colectivo. Vamos a ver señora, o señoro, como dice Gracia Trujillo.

Bake: Nosotras decimos bolleras señoros.

Pero entonces bollera pierde categoría. Esta señora, en 2017, ya nos hizo sufrir con la tramitación de la ley y decía cosas muy duras a personas trans. No se merece ni tener un lugar, ni ser reconocida. 

Terci: No solo hacia las personas trans. Todo lo que se ha dicho en las redes sociales es durísimo. Quizá no lo lees, pero sabes que está ahí y, quizá en un momento de debilidad, lo ves. 

Claro que lo leo, la autoestima baja y tienes que buscar la solución para que vuelva a subir y te vuelvas a sentir bien. 

“Cuando tienes compañeras en todo el territorio que creen en lo que estás haciendo, aunque tengas ganas de tirar la toalla, sigues adelante”

Terci: Es una estrategia para que no tengas ganas de seguir

Muchas veces te dan ganas de tirar la toalla. A mí me dieron ganas, pero luego duermes, respiras, te apoyas en los compañeros, compañeras y compañeres. Hay mucha gente que no se ve, pero que está ahí y quiero recordar el apoyo y la confianza que nos han dado a las que hemos estado delante. Cuando tienes compañeras en todo el territorio español que te dan esa confianza, que te apoyan y te empujan y, además, hay una Federación que cree en lo que estás haciendo, aunque tengas ganas de tirar la toalla, sigues adelante. Miras a tu alrededor y ves que merece la pena.

Terci: El camino y el motivo merecen la pena, pero ¿cuál ha sido el momento más gratificante y cuál es más difícil?

El más gratificante fue el 22 de diciembre en el Congreso. No soy fan de nadie y no suelo aplaudir, tampoco a mí misma. Pero ese día aplaudí desde el júbilo, desde el “ya está”. Y por ahí pasaron muchas cosas.  

Por otra parte, ha habido momentos duros. Recuerdo ese 20 o 21 de junio de 2021 cuando vine a Madrid para dar una rueda de prensa. Me bajé del avión y tenía tres llamadas de Moncloa y un “llámame urgente”. Evidentemente, llamé a mis compañeras y esperé y hasta que no llegaron no hice la llamada. Mantener ese tiempo de espera, sabiendo que me estaban esperando, llamar en el momento que yo decidía y poner límites, fue muy duro. También el contenido de la llamada fue duro: querían una reunión con todas al día siguiente a las 9.30 horas pero nosotras teníamos la rueda de prensa a las 10. Mantenerme firme y decirles que no, que a las 9.00 horas porque después teníamos la rueda y mantener la frialdad y la tensión, fue también muy duro, al igual que el contenido de la reunión. 

De hecho, una vez reunidas, me levanté de la mesa para llegar a mi rueda de prensa diciendo “nos vamos enfadadas”. Parecía una película. Ellas detrás de nosotras diciendo “no os vayáis así, no os vayáis así”. Mantuvimos la decisión de irnos enfadadas, con dignidad porque no queríamos testigos, ni informes de nadie, la autodeterminación tenía que ser libre. Tengo los documentos que nos presentaron ese día y mensajes de compañeros que me decían “acepta lo de testigos”. Pero no, mi autodeterminación no. Mantenerte firme ahí poniendo en riesgo todo, porque la ley no es solo para personas trans sino para el resto del colectivo LGTBI+, fue duro. 

Y luego fue difícil también tener la capacidad de salir y ya en el taxi, mirar a  Ana Valenzuela, la presidenta de Chrysallis, y decirle: vamos a bajar el tono en la rueda de prensa. Y así lo hicimos. Una hora después recibí una llamada de Moncloa que decía “lo aceptamos: sin testigos y sin informes”. Qué alivio. Y dos horas más tarde, recibí otra llamada del Ministerio de Igualdad para decirme que también aceptaba. Y a Igualdad les dije “nos queda ampliar derechos de menores, nos quedan las personas no binarias y nos quedan ampliar los derechos de las personas migrantes. Así que seguimos”. 

Bake: No ha sido un camino corto ni fácil, pero ahora ya se puede mirar hacia atrás. ¿Ha habido momentos en los que has pensado que la ley no iba a salir adelante? ¿Cómo habéis afrontado, desde lo personal, la posición del PSOE?

Todavía tengo que mirar mucho para atrás y es complejo. Ha habido aliados dentro del partido socialista que han estado y que han arriesgado su militancia por crear estrategias con nosotras. Recuerdo una reunión con Moncloa, para la que estuvimos desde las 16:00 horas de la tarde hasta la 1:30 horas de la mañana, con varias llamadas pensando distintos tipos de estrategia. Y cuando llegamos a Moncloa, nos dijeron que iba a asistir alguien de otro ministerio que no teníamos previsto y tuvimos que improvisar. Tuvimos que actuar sobre la marcha, recomponer el rompecabezas y crear una nueva estrategia. 

Ha sido un proceso de mucho de pensar, de reuniones hasta altas horas de la noche, de cambiar en 5 minutos. Ha habido muchos momentos en los que la ley ha estado en peligro, en los que hemos pensado que no salía. La culpa no ha sido de uno ni de otros, ha sido de todos y ha habido estrategias de otras personas que la han puesto en peligro, muchas veces. Ha habido mentiras y traspiés. También intenciones que me han desilusionado porque algunas personas han querido buscar su propia gloria por encima de los derechos. 

Bake: ¿La zancadilla duele más si viene desde dentro del colectivo que cuando es desde fuera?

Duele desde cualquier sitio y en el mismo grado. Desde el colectivo duele, pero también duele desde la política porque los políticos están para servir a la ciudadanía que les ha votado y deben estar a su servicio. A veces, por ego y pura gloria, pueden entorpecer una ley y eso duele mucho.

Bake: ¿Crees que todas las letras del colectivo son conscientes de lo que cuesta cada paso para lograr derechos o hay que reivindicar más la importancia del activismo? 

El colectivo no es consciente de los esfuerzos, de la entrega y de lo que cuesta hacer el camino para que una ley se publique en el BOE y empiece a dar derechos. Y que, además, no es inmediato, cuando ya esté publicada habrá que continuar trabajando. De hecho, tenemos leyes autonómicas de 2014 o 2019 que aún no se han implementado. 

Todas las activistas debemos tener la fuerza y el convencimiento de lo que estamos haciendo, no solo las que estamos en primera línea. Todas tenemos que ser conscientes de que la ley forma parte de cada una de nosotras porque de una manera u otra aportamos para que esto sea una realidad. La medalla es de todas, todos y todes. Y quienes no estamos reflejados en la ley, tenemos que celebrar, aplaudir y reparar la memoria de quienes sí están. 

Bake: Una vez se publique la ley en el BOE, ¿cuáles son los retos para el colectivo?

Implementar la ley. Se debe hacer una buena reglamentación de cada punto e implementarla día a día. También hay que formar al personal del registro civil, educar en materia sanitaria y crear protocolos de actuación. Hay que pelear. Además, debe llegar a la ciudadanía. Es necesario que las personas sepan cuáles son sus derechos y cómo se pueden reclamar en el caso de que en algunos territorios, vamos a poner por ejemplo el caso de Castilla y León, les digan que no. Afortunadamente, en Castilla y León la gente va a poder realizar un cambio administrativo a través de internet y no depender de la administración ultraderechista que existe. 

Bake: La violencia institucional y burocrática es muy dura, sobre todo con las personas trans. 

Hay que trabajar la LGTBIfobia institucional. Celebramos la aprobación de la ley, pero la LGTBIfobia va a continuar existiendo. Con la ley no se va a acabar, hay que trabajar con la ciudadanía porque la magia no existe y nuestra cultura está impregnada de LGTBIfobia. Es necesario trabajar con pedagogía y educación. 

Bake: Las personas trans han estado en el punto de mira de la ley. ¿Qué ha supuesto para ellas?

Mucho sufrimiento. Hay personas trans visibles de las cuales se han dicho barbaridades, inventos e insultos. Y, ¿quién va a reparar eso? La violencia gratuita se ha cebado con nosotras y la cicatriz queda dentro. Esto no se repara con dinero ni con perdón. Son nuestros derechos y cuando alguien ha salido a defenderlos se le han cerrado puertas. 

Hay una pregunta que nunca le he hecho a mi amiga Carla Antonelli y es ¿cuántas veces has llorado, compañera?, ¿cuántas “amigas” se han ido de tu lado? Es una mujer fuerte, pero debemos ser empática con ella y mirar todo lo que ha puesto: su carne, su vida, su pellejo, sus entrañas. Igual que Carla están Laura, África, Manolo, Rubén… ¿Cuánta gente habrá tenido que cerrar la puerta y llorar? Ha sido inhumano, indecente y son mis derechos, nuestros derechos. 

Todas las personas trans se tienen que sentir valientes y orgullosas, igual que Carla, porque cada granito de arena ha hecho que esta ley avanzara. Cuando eres leal a ti misma, eres feliz. A Carla, eso le da tranquilidad para dormir, como me la da a mí, porque hemos hecho todo lo posible y más allá. 

Bake: Luchar como si te fuera la vida en ello, porque te va la vida en ello. 

Es que por encima de tu militancia, de tu ideología política, por encima de todo está tu derecho humano a ser. 

Bake: Duele ver como quienes tenían que ser tus aliadas son quienes más palos te dan. 

Y por defender los derechos humanos. 

Bake: Ha habido bulos desde el sector transexcluyente. ¿Qué repercusión tienen para la sociedad?

Como decía Antonio Machado, “se hace camino al andar”. Es el propio camino el que desmontará por si solo los bulos, las fakes. Como activistas nos queda hacer pedagogía en casa, en el bar, con amigos, en el trabajo, en el día a día. No solo a través de los medios, si no en el día a día para que se vea que soy una persona trans y no pasa nada. Que estamos aquí hablando, con tranquilidad, contándonos nuestras cosas. Poco a poco crearemos una sociedad más diversa y respetuosa, pero debemos tener una estrategia y trabajar en educación en diversidad para deshacer la bola de nieve.

De hecho, ya nos estamos poniendo en contacto con profesionales, con pediatras, para poder desenmascarar bulos sobre la infancia desde la profesionalidad y el conocimiento, porque volverán a resurgir. De todos modos, en el día a día se verá que solo somos personas que queremos vivir con nuestra identidad y nuestros derechos, del mismo modo que pasó con el matrimonio igualitario. Porque las personas trans no hemos aparecido de la nada, hemos existido siempre y siempre hemos usado los baños. Somos una sociedad diversa y la diversidad siempre enriquece.

Bake: Muchas gracias, Uge. 

Terci (Bollodrama) “La Ley Trans y LGTBI+ es la forma de meter el pie en la puerta para terminar tumbándola”

Uge Sangil, presidenta de la Federación Estatal LGTBI+,  pregunta a Bake y Terci (Bollodrama) por la recién aprobada Ley Trans y LGTBI+:  Como mujeres y feministas transinclusivas, ¿cómo habéis vivido la polémica en torno a la Ley Trans y LGTBI+? ¿Cómo creéis que tienen que trabajar los feminismos ahora?

Bake: Con mucho dolor. Las feministas transexcluyentes no dejan de ser mujeres que, se supone, luchan por lo mismo que tú, pero tienen un nivel de violencia muy alto con otras compañeras, contra las mujeres trans. Y también contra otras personas, como los chicos trans, que también sufren muchísimo y no se habla de ellos. No entiendo el nivel de violencia cuando no lo tienen, tan siquiera, con la ultraderecha, que es con quien se deberían usar esas armas.

Lo vivo con dolor, pero intento ser una persona positiva y pienso que quienes tienen odio, en realidad, son cuatro. Pero es cierto que los bulos los van diciendo a muchas otras y la bola se va haciendo más grande.

He hablado con compañeras o amigas que se consideran transexcluyentes y cuando les preguntas, no saben ni qué es una mujer trans. Hicimos el documental Papá gestante, que cuenta la historia de Rubén, un chico trans, y de cómo gestó a su criatura, y al preguntarles al respecto si les parece bien que Rubén pueda tener a su bebé, entonces dicen que sí. No saben qué es lo que defiende la ley. La ley no defiende que una persona se pueda colar en un vestuario. Que no te engañen.  

Hay que intentar ir a esa base, a la base de que hay personas transexcluyentes por desconocimiento. Intentar que entiendan, desde la asertividad y la comprensión, que las personas trans son absolutamente normales, que son diversas, y que todas somos más parecidas de lo que piensan.  Son cuatro las que sí lanzan odio, hay gente con la que no se puede hablar y tendremos que ir con todas las armas que se pueda.

Terci: El desconocimiento no es solo sobre quiénes son las personas y las identidades trans. También sobre la ley, porque no la ven punto por punto.  Sus argumentos son: “yo he oído en el bar que Antonio decía que los niños se tienen que operar obligatoriamente”. La ley dice justo lo contrario, que basta de mutilaciones a personitas que acaban de nacer, basta de violencia médica, basta de joder a las personas del colectivo, a nivel educativo, a nivel médico, a nivel administrativo, etc. 

La ley abre una puerta y hace que las personas que manejan el mundo se formen, y sepan la realidad de todo el colectivo LGTBI+ y que, por ejemplo, una pareja de mujeres no se tenga que casar para poder filiar a su hijo, hija o hije. Ni siquiera me planteo si quiero ser madre, pero yo soy de Castilla y León, y si quisiera ser madre, huiría de allí.

Desde el sector tansexcluyente nos observan mucho y piensan que nosotras, Bake y yo, vamos a tener un momento de iluminación y nos vamos a dar cuenta de que estábamos equivocadas. Pensamos que ojalá nos sigan escuchando y se den cuenta ellas. Muchas veces se dice “las personas trans no existirían si…”, pero la realidad es que existe. Es lo que hay.

Bake: Mis compañeras transexclueyntes me dicen que me llamarían Óscar si yo mañana se lo pidiera. El amor está por encima. Es una cuestión de respeto, de amor y asertividad. Todos los que estamos en el colectivo hemos sufrido mucho por parte de la ultraderecha y del catolicismo. Vamos a ponerlo fácil entre nosotras.

Terci: Ser trans, lesbiana, gay, queer, ser parte del espectro LGTBI+ no es un marco teórico. Somos lo que somos, nos merecemos derechos y seguir vivas. Basta de esta violencia. Hay transfobia y LGTBIfobia. La ley es la forma de meter el pie en la puerta para terminar tumbándola.

Bake: Imagínate cuánto sufren las personas trans lesbianas. La gente no sabe ni que existen. El problema del desconocimiento es que hace mucho daño. Y como decía Uge, ¿quién repara ese daño?

Terci: No solo reparar el daño, ¿cuánta gente se ha suicidado?

Bake: No son solo suicidios, son asesinatos colectivos e institucionales. ¿Dónde están los provida ahora?

En Castilla y León.