Día por los Derechos de las Personas con vih (1 de diciembre)
Con motivo del Día por los Derechos de las Personas con vih, que se conmemora cada 1 de diciembre, la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+) reivindica el acceso gratuito a los tratamientos para el vih para todas las personas migrantes, independientemente de su situación administrativa.
En este sentido, el coordinador del Grupo de vih de FELGTBI+, Nahum Cabrera, denuncia que “actualmente, muchas comunidades autónomas imponen barreras administrativas para dispensar esta medicación que son imposibles de salvar para la población con estatus migratorio”. “Estas barreras atentan contra los derechos fundamentales y tienen un grave impacto en la salud pública”, alerta.
Así, explica que “se señala, por ejemplo, como requisito indispensable tener un certificado de empadronamiento desde hace meses, cuando muchas de estas personas residen en pisos de conocidos o habitaciones compartidas, no tienen nada a su nombre, por lo que no tienen esa posibilidad. Además, la medicación debe ser diaria y la adherencia es fundamental, por lo que los plazos que exige la burocracia y los que requiere el tratamiento son completamente diferentes”.
«La sanidad pública y universal es un derecho fundamental que las administraciones están vulnerando»
En este sentido, recuerda que “el acceso a la sanidad pública y universal para todas las personas es un derecho fundamental y constitucional que las administraciones están vulnerando”. Por tanto, exige que “se garanticen los derechos de la población migrante LGTBI+ con vih en igualdad de condiciones a los del resto de la población”. Asimismo, señala que “se trata de una cuestión de salud pública puesto que, si hay personas sin tratamiento, el virus se puede seguir propagando”.
Por otra parte, recuerda que no se puede tratar a las personas migrantes LGTBI+ con vih como al resto de personas migrantes, ya que sufren varios factores de vulnerabilidad al ser migrantes, personas LGTBI+ y personas con vih, lo que hace que tengan que sobrevivir cada día soportando un estigma aún mayor.
Por este motivo, la FELGTBI+ reivindica que las administraciones trabajen de manera activa para erradicar la violencia institucional contra este segmento de población. También, exige la creación de recursos adaptados culturalmente para la población migrante LGTBI+ con vih, con personas expertas en mediación intercultural, y que se establezcan programas específicos para personas con vih según su identidad de género, orientación sexual y expresión de género.
Sentimientos de abandono y diferencia entre CCAA
Lisandro Enrique, migrante argentino que da soporte a personas con vih que llegan a España en situación irregular, explica que “se trata, en muchos casos, de personas que no tienen papeles, por tanto, no pueden buscar trabajo, no pueden alquilar y, como consecuencia, no tienen nada a su nombre, lo que les cierra automáticamente el acceso al tratamiento al no poderse empadronar”.
“Esto origina grandes sentimientos de estrés, desapego y abandono porque lo primero que piensan es que se van a morir sin el tratamiento. Muchas no tienen círculo cercano, ni un hogar fijo en el que quedarse y vienen sin apenas pastillas. Temen que en el aeropuerto se les pregunte por esa medicación y tengan que revelar su estado serológico y quedar expuestas al estigma”, relata. “No tienen analíticas y no saben si son indetectables o no. Desde el sistema sanitario se les podría dar, al menos, algún tipo de plazo para presentar documentación que acredite su situación pero no se hace. No hay ningún tipo de flexibilidad”, denuncia.
«Quienes no tienen información no lo dicen por miedo al estigma»
Por su parte, Alfredo Pazmiño, migrante peruano y coordinador de la Oficina Técnica de Altihay Fuerteventura, asegura que hay mucha diferencia entre comunidades. “Aquí en Canarias la situación no es tan dramática, donde peor están es en la Comunidad de Madrid. Allí todas las personas de origen migrante tienen que esperar meses hasta poder medicarse, cuando muchas han huido de sus países precisamente por no tener acceso a los tratamientos. Algunas han vendido todo lo que tenían y se han venido a España porque su vida depende de esa medicación”, alerta.
Así, añade que, con la guerra de Ucrania, por ejemplo, están llegando a la capital personas con vih que han visto suspendidos sus tratamientos por los cortes de suministros provocados por la guerra. “Se les pide una receta de su país de origen y si no está en castellano, ya empiezan los problemas”, explica.
“Luego está la falta de información. Quienes tienen más acceso a ella, se acercan a las entidades LGTBI+. Quienes no, no lo dicen por miedo al estigma, de hecho, no hay datos de población asiática o africana con vih. Otras personas se ponen a buscar trabajo hasta poder ahorrar lo suficiente como para poder pagar los medicamentos de su bolsillo. En cualquier caso, todas pasan meses sin tratamiento”, denuncia.