Airto Granel, chico trans: “Cada persona es diferente, pero deben tener referentes con los que sentirse identificados”

Airto Granell es un chico trans de 34 años y actualmente trabaja como informático en un ayuntamiento. Empezó la transición hace justo cuatro años y, explica, que quizá no se dio cuenta que era una persona trans antes porque no tuvo referentes. 

¿En qué momento te das cuenta de que eres una persona trans?

A finales de 2019, cuando conocí a otro chico trans y dije “me pasa exactamente lo mismo que a esta persona”. Yo pensaba que era una lesbiana muy masculina, pero siempre había algo que no cuadraba, pero no sabía qué era. Entonces fui a Lambda, me atendieron en el servicio de orientación y me visitó el psicólogo. La primera vez que me dijo Airto y me trató en masculino fue una liberación, como si todo encajara. 

¿Qué recuerdas del proceso?

Tenía 30 años y era la primera vez que me acercaba a una asociación LGTBI+. Mi sensación era “no sé qué hago aquí” y tampoco sabía qué me iba a encontrar. Me preguntaron en qué podían ayudarme y les contesté “no lo sé, necesito ayuda, sé que tengo que estar aquí, pero no lo sé”. Empecé a hablar con el psicólogo, fui a una reunión del grupo trans y me atendió la coordinadora. Me explicó que para ser trans no hace falta pasar por la hormonación y distintas operaciones. No es necesario tener todo el pack completo, pero yo sí quería hacer el proceso hormonal, así que me indicaron y, poco a poco, he ido haciendo mi camino. 

Empecé el tratamiento hormonal en marzo del 2020, dos días antes del confinamiento. Hoy en día continuo con el tratamiento y hace tres semanas me hicieron la mastectomía. Una cirugía de reasignación genital no la necesito, así que seguiré con la testosterona y ya. 

¿Qué presiones existen hacia las personas trans cuando empiezan la transición?

En mi caso, la presión social para poder ser un hombre es que tienes que encajar en el molde que se espera en el sistema cisheteropatriarcal. Para que tienes que hacerte la mastectomía y la faloplastia. Pero empecé a informarme y me dí cuenta de que yo no necesito una cirugía genital, yo soy feliz así. Soy coordinador del grupo trans de Lambda y a la gente siempre le digo que vaya pasito a pasito. Si quieres hacer más cosas está bien, pero ve paso a paso. La transición es volver a empezar y ver, de todo lo que tenías antes, qué encaja ahora en tu vida. Antes, para intentar no llamar la atención, que no me acosaran, estaba constantemente actuando y fingiendo ser quien no era. Después de la transición tengo que ver qué cosas me gustan, qué no, e ir desarrollando mi forma de ser como chico. 

¿Cómo recuerdas tu infancia y adolescencia respecto a tu identidad?

En mi familia siempre me han dejado ser como yo quisiera ser. Yo era “la niña chicote” y era feliz. Trepaba por los árboles y jugaba con pelotas de fútbol. A veces a la gente le llamaba la atención y le decía a mi abuela “cómo dejáis que haga eso” y ella respondía “hace lo que le da la gana si es feliz”. Cuando le dije a mi madre que era un chico trans me dijo “ahora me encajan muchas cosas”. Así que ahora mi familia entiende muchos comportamientos que tenía y me aceptaban. 

Por parte de la familia de mi padre sí que había más presión para que me comportara como una señorita y llevara vestiditos. Pero por parte de madre nunca ha habido ningún problema. Es un privilegio contar con el apoyo de la gente. 

En mi adolescencia, al principio de los 2000, ir con la cabeza rapada hacía que sufrieras bullying, que te pegaran. Es lo que pasaba en esa época y sigue pasando. 

¿Qué diferencias crees que hay en hacer la transición en la infancia y adolescencia o como adulto?

Si hubiera tenido referentes y hubiera hecho la transición en la adolescencia, hubiera podido tomar los bloqueadores hormonales y no hubiera pasado ahora por una cirugía. No hubiera tenido que ir tanto al psicólogo y quizá no hubiera tenido tanta depresión. El acoso escolar quizá lo hubiera sufrido igual porque eres diferente, pero al menos vives siendo quién eres. 

¿Qué referentes tenías?

No tuve ningún referente. Descubrí que me gustaban las mujeres y, como se me identificaba como una chica, pues pensé que era lesbiana. Una lesbiana muy masculina, con pelo corto… Hasta que conocí a otro chico trans y vi que me pasaba exactamente lo mismo. Hasta ese momento no tenía ningún tipo de referente. 

¿Qué miedos existen en las personas trans, o tienes tú, a la hora de empezar a conocer a alguien o usar apps de citas?

Llevo 9 años con mi pareja. Empezamos pretransición y seguimos juntos. Aparte, a raíz de estar yo con el tema trans, ella se dio cuenta de que era una persona no binaria. Los chicos cis huyen de las chicas trans. Por su parte, los chicos trans son rechazados a la ahora de tener relaciones si no se han hecho una reasignación genital. A las personas trans nos cuesta menos encontrar pareja con una persona bisexual que con persona hetero o gay. 

Los hombres trans con cispassing también podéis sufrir discriminaciones en muchos ámbitos. ¿Somos conscientes el resto del colectivo LGTBI+ de vuestra situación?

En cuanto tienes cispassing es como que no existes. Es cierto que tenemos muchos privilegios en comparación con las chicas trans, que son las peor paradas. 

El cispassing lleva a situaciones incómodas. Por ejemplo, una vez fui con mi pareja al ginecólogo. Como llevábamos mascarilla y el pelo corto, vino una enfermera joven y súperborde y nos dice: “¿sabéis que esto es ginecología?” Sí, ¿y sabes que existen hombres con vagina? En la sala de espera la gente te mira como “qué hace este aquí”. 

También sucede que, si tienes que hacerte una revisión de cáncer de mama y no te has hecho la mastectomía, en el sistema de salud de Valencia es horrible. Constas como chico y cómo va a ir un chico a hacerse una revisión de cáncer de mama. 

¿Qué situaciones de discriminación has vivido en el entorno laboral?

Sufrí una situación incómoda, pero las personas me trataron bastante bien. Llegué a la entrevista como Airto, entregué el currículum como Airto, en mi DNI ponía Airto. Pero cuando me fueron a dar de alta en la seguridad social apareció el nombre registral. Entonces, cuando fueron a hacerme el contrato, me llamaron y me preguntaron si había habido algún error. Me tocó dar explicaciones y decir que era trans. Esto también pasa cuando  voy de viaje y en el DNI pone Airto, pero aparece una F indicando que soy mujer porque todavía no me he podido hacer el cambio registral de género. Parece que la documentación es falsa.

¿Tener que dar explicaciones constantemente es un tipo de discriminación sutil, también?

Sí, y cansa. Quiero poder decir: soy un hombre, punto. Está claro que a nivel activismo diré que soy un hombre trans y me visibilizaré. Pero en el ámbito personal no me apetece tener que estar dando explicaciones. No sabes la mentalidad de la otra persona ni cómo es. Lo pueden tomar bien, y decir “ah, vale, perdón”, o que te digan que la documentación es falsa. No me ha pasado, pero puede pasar. 

¿Cuáles son las acciones de discriminación más cotidianas y que las personas cis podemos no darnos cuenta?

Una de las cosas que más me molesta, sobre todo en casa, es que si hay un plan solo de chicos no cuentan conmigo. Por ejemplo, si mi cuñado necesita ayuda para hacer fuerza, llama al marido de mi madre, pero a mí no. No termino de encajar dentro del paquete hombre. Te da la sensación de que no te consideran un hombre de verdad. No se dan cuenta, no lo hacen con maldad. 

Cuando sufres situaciones de discriminación, ¿qué superpoder te gustaría tener?

No vendría mal tener el superpoder de poder tocar a otra persona y que se pusiera en tu lugar, que viera cómo es ser trans y cómo de incómoda es la situación que estás viviendo o cómo se vive esa discriminación que estás padeciendo.

¿En qué momento te metiste en el activismo?

La verdad es que la primera vez que he entrado en el activismo ha sido cuando he empezado la transición. Antes iba a las manifestaciones del 8M, era una persona feminista, pero activismo no había hecho. 

¿Por qué es importante el activismo?

Sería ideal que no hiciera falta hacer activismo, pero por desgracia hay mucha discriminación y mucha desigualdad social. Yo suelo visibilizarme porque me han hecho falta los referentes. Parece que los chicos trans no existimos. Es necesario que las nuevas generaciones tengan toda la información y decidan qué quieran hacer. No voy a adoctrinar y decir qué tienen que hacer. Cada persona es diferente, pero deben tener referentes con los que sentirse identificados. 

¿Qué le dirías a alguien que está leyendo tu entrevista y que está en busca, precisamente, de referentes?

En primer lugar, que ser trans no es ninguna enfermedad, es natural y no se elige. Pasa igual que con la orientación sexual. Ser trans a veces puede suponer dificultades y frustraciones, pero haber empezado la transición me ha supuesto por fin ser feliz. Incluso mi madre me ha dicho que, por primera vez, me ve feliz. Ha supuesto una mejora en mi vida. Cada quien tiene que llevar la transición a su ritmo y no hay prisa. A veces los tiempos de espera son frustrantes, pero al final todo llega. Lo importante es vivirlo, y los primeros pasos en la transición solo los vas a vivir una vez. Así que vívelos y disfrútalos, pero con calma. Lo que estás haciendo son los nuevos pasos hacia la felicidad.